Aunque la figura del heredero de confianza es poco conocida, en determinadas ocasiones resulta realmente útil, ya que nos permite cubrir el período de tiempo desde la apertura de la sucesión hasta la adquisición de la herencia por sus verdaderos destinatarios. Con la función de transmitir el patrimonio hereditario a los verdaderos sucesores del causante en el momento adecuado, el heredero de confianza podrá administrar los bienes del caudal relicto.
Nombrar un heredero de confianza puede tener amplias ventajas, como evitar que la herencia entre en una situación de yacencia (stand by) y permitir al testador mantener indefinidamente oculta la identidad del verdadero sucesor.